Devoción de los primeros viernes de mes al Sagrado Corazón

Autor: Beato Josemaría Escrivá de Balaguer

Libro: Habla con Dios

 

 

"La oración de la Iglesia venera y honra al Sagrado Corazón de Jesús, como invoca su Santísimo Nombre. Adora al Verbo encarnado y a su Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados".

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es muy antigua en la Iglesia; sin embargo, fue Santa Margarita María de Alacoque quien la popularizó. Jesús se le apareció durante la octava de la fiesta de Corpus Christi y le dijo:

"Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradoramente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio".

Nuestro Señor hizo grandes promesas a aquellos que le demuestran su amor y hacen expiación por los pecados propios y ajenos: "Yo prometo en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen los nueve primeros viernes consecutivos la gracia de la perseverancia final: no morirán en mi desgracia ni sin recibir los Sacramentos, haciéndose mi Corazón su asilo
seguro en aquella última hora".

La gran promesa del Sagrado Corazón de Jesús es muy consoladora:
la gracia de la perseverancia final y el gozo de encontrar en su Sacratísimo Corazón un refugio seguro de misericordia en nuestra última hora.

Para ganar esta gracia debemos:
• Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos.
• Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
• Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.