Todos somos deseados y esperados por Ti

Autor: Padre Ignacio Larrañaga

 

 

Tú, oh Jesús, me invitas a ser tu amigo,
a pertenecer a tu Familia,
a ser tu hermano y compartir contigo mi vida,
a caminar juntos, unidos en un mismo Proyecto,
el de nuestro Padre.

Tú siempre respetas mi voluntad,
nunca me fuerza a nada,
no anulas mi libertad.
Tu voz es delicada con mi conciencia,
tu Misterio no se me impone,
se me ofrece como un don, como un regalo.

Y Tú esperas paciente, manso y humilde, mi respuesta. 
Y no te inquietas,
Tú confías en mi radical bondad,
porque la conoces y sabes que soy obra de tus Manos,
de las que no puede salir nada malo, ni erróneo, ni torcido.

He sido creado en Ti por el Padre,
soy hechura tuya, que eres el Bien supremo.
Tu voz me llama y me sostiene en el Bien, en tu bondad infinita:
¡Ven a Mí que te amo sobre todas las realidades creadas por mi Padre,
Ven a Mí que soy manso y humilde de corazón,
Ven a Mí tú que estás cansado y agobiado y Yo te aliviaré,
seré tu Paz y tu Descanso!

Yo te digo hoy, Señor, que sí creo en Ti,
que quiero caminar muy unido a Ti y Contigo,
siempre, siempre, siempre...
Sé que desde siempre y para siempre soy tuyo,
estoy en tu Corazón,
me deseas y me esperas, paciente, paciente.

Tú estás presente en mí, siempre, siempre,
por eso yo te busco y te anhelo,
incluso cuando, enajenado me olvido y me aparto de ti.
Y siempre te encuentro, en el mismo lugar:
dentro de mí, donde siempre estuviste, y donde siempre estarás.

Hoy quiero abrazarme a ti, mi Amigo, mi Hermano del alma,
y decirte que te amo, mal, pero te amo.
Aumenta, tú que puedes, mi amor.
Mira que hoy sí quiero, que hoy, libremente te digo que SI.
¡No permitas que nada ni nadie me aparte, hoy ni mañana, de ti! 

 

Amen