Vivir en otra parte

Autor: Juan Carlos Carmona García

 

 

Señor, siempre queremos huir de nuestras angustias y carencias, fracasos y decepciones; todo lo que tu llamas Jerusalén.
Aún no sabemos dónde está el Emaús que nos aleje y cubra de tantas desdichas.
Quisiéramos tomar distancia del mal empleo o desempleo, de los problemas con la pareja y con los hijos, de las dificultades con los vecinos y en el estudio, los acreedores y las dificultades económicas y morales.
¡Que bueno sería Señor vivir nuestras frustraciones en otra parte!.
Señor, también hemos hablado y murmurado de ti; te has descuidado con nuestras necesidades y proyectos. Tu falta de atención hace que todo lo convirtamos en discusión.
Señor, nuestra historia no nos permite avanzar sino retroceder. Un mal pasado compromete nuestras aspiraciones.

Nuestra enfermedad, como los discípulos de Emaús, no está en los ojos y los oídos sino en el corazón. Nuestros dolores son del alma.
Nuestros sufrimientos nos impiden reconocerte, darnos cuenta que caminas con nosotros y estás presente en el camino de la vida.
Para sanar todo cuanto no entendemos de la vida y de la historia, Tú continúas explicándonos las Escrituras. Alguna vez hemos sabido que tu palabra hacer arder el corazón.
¡Ven Señor en esta Pascua!, para que nosotros “necios y torpes” como tus discípulos, te comprendamos como Palabra que puede iluminar nuestras cruces desde tu resurrección.
Nuestra única suplica para retenerte será siempre: “Quédate con nosotros Señor, porque atardece y el día ya esta declinando” Así sea.