Tengo tanto que agradecerte, Señor
Autor: María Belén Sánchez
Gracias, Señor: es preciso decirte gracias.
Tu vida dá sentido a toda existencia humana,
y tu dolor nos hace comprender que todo
sufrimiento es principio de salvación.
Tu soledad alivia nuestras soledades,
y tu perdón nos hace renacer como una flor
en capullo o como una canción de juventud.
Gracias, Señor, porque tu sed nos invita
a salir al encuentro de los más necesitados,
con la posibilidad de compartir.
Tú nos devuelves el sentido del trabajo
que antes era maldición y contigo se transforma
en un medio de salvación.
Tu muerte misma nos llama a una nueva vida,
la que tú nos ofreces, que tu nos preparas,
porque contigo tenemos parte en un futuro eterno
a través de tu resurrección.
Gracias, Señor, por tu cercanía, por el consuelo
de tus palabras y por el infinito amor que dejaste
en nuestro mundo desde el día en que quisiste
compartir con nosotros la maravillosa aventura
de la vida.Amén.