Guía mi mirada, Señor

Autor: Helder Cámara, Obispo

 

 

Cuando tú mismo
pongas aprueba mi fe,
y me hagas marchar
por entre la niebla más cerrada,
borrada toda vereda ante mi
por mucho que mi paso vacile,
haz que mi mirada,
tranquila e iluminada,
sea un testimonio viviente,
de que te llevo conmigo,
de que estoy en paz.

Cuando tú mismo
pongas a prueba mi confianza,
permitiendo
que el aire se vaya enrareciendo
y que me embargue la sensación
de que el suelo se está resquebrajando
bajo mis pies
que la mirada les recuerde a todos
que no hay nadie
que cuente con la fuerza suficiente
para arrancarme de tí
en quien caminamos
respiramos y somos.

Y si un día tu mismo permites
que el odio me salpique
y me prepare trampas,
y falsee mis intenciones,
y los desfigure
que la mirada de tu Hijo
vaya repartiendo
serenidad y amor
a través de mis ojos.

Amén.