El don de la Eucaristía

Autor: Cardenal Carlo María Martini

 

 

En tu bondad hacia nosotros, Padre,
has querido que el don interior del Espíritu
fuese acompañado de una señal viva y eficaz
del don que Jesucristo hizo de su propia vida
a ti y a todos los hombres.

Por eso, el dia antes de morir en la cruz;
Jesús lavó los pies a sus discípulos
y, mientras cenaban con ellos,
se dio a su mismo en alimento,
bajo los signos de pan y vino,
que su palabra omnipotente
había transformado en su Cuerpo y en su Sangre,
mandándoles
repetir este gesto en memoria suya
hasta el fin del mundo.
Cada vez que nosotros,
convocados por el Espíritu en la comunidad,
presidida por los sucesores de los apóstoles,
iluminados por la escucha de la palabra
animados por la fe en el Hijo de Dios,
muerto y resucitado por nosotros,
obedecemos al mandato de Jesús
y hacemos memoria de él.

Seamos realmente visitados por la presencia del Señor
y quedamos insertos en el misterio de su pascua.
No solo podemos contemplar la Cruz
sino que nos hacemos una sola cosa con Jesús crucificado.
No solo podemos aspirar
a una fraternidad más sincera con cada hombre
y ha dado la vida por cada hombre.

Te damos gracias, Padre,
por todos los dones de vida
que nos has ofrecido en tu Hijo Jesús
y que están compendiado en la Eucaristía
Te damos gracias porque en la Eucaristía
tu mismo nos ofreces el modo de darte gracias
como a Tí conviene, en tu Hijo Jesús.

Amén.