Oración del automovilista.
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Al tomar asiento y colocar mis manos al volante del vehículo, te
imploro, Dios y Señor para que seas tú la Luz que preceda en mi
caminar.
Pon en mi mente el buen entendimiento de tu Amor para frenar mis
impulsos y cuidar en tu nombre mi vida, la de los míos y la de mis
semejantes.
Dame la serenidad para recordarte en todo momento y cúbreme con las
suaves alas de tu infinita misericordia.
Amén.